La cofradía había pedido al joven en varias ocasiones que retirara la imagen de las redes sociales, pero al no tener respuesta decidieron llevar el caso a los tribunales.
Desde la Cofradía aseguraron que este montaje evidenciaba una «vergonzosa manipulación del rostro de la imagen» y un «manifiesto desprecio y mofa hacia la cofradía con el propósito de ofender».
Según la sentencia el acusado reconoció su culpabilidad y aceptó la pena de un pago de dos euros diarios durante ocho meses, lo que supone un total de 480 euros.
Al haber aceptado la culpabilidad, el juzgado rebajó la pena inicial que solicitaba una multa de 2.160 euros, sustituible por 180 días de prisión en caso de impago.