Este curso pastoral 2017-2018 tiene un sello marcadamente vocacional. En septiembre, al término de la XVI Semana de Pastoral inaugurábamos un ‘Año pastoral diocesano vocacional’ con la finalidad de estimular la conciencia misionera en toda la diócesis, cuyo fundamento está en la misión evangelizadora de la Iglesia que, para cumplirla, necesita tener siempre presente el mandato del Señor: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Mt 9, 37-38). Estamos, por tanto, no solo ante una necesidad circunstancial -la penuria de sacerdotes que empezamos a advertir hace unos años y que se hace cada vez más apremiante- sino también ante un requerimiento permanente que brota de la naturaleza misionera de la Iglesia y de la necesaria corresponsabilidad y colaboración activa de todos sus miembros.
Esto lo sabéis muy bien los misioneros/as, verdaderos adelantados de nuestra Iglesia especialmente en la misión ad gentes pero también en nuestra sociedad, cada día más secularizada. Os pido, pues, vuestra oración y agradezco vuestro testimonio. No pocas veces la inclinación ‘misionera’ ha abierto la puerta y facilitado la escucha de la vocación sacerdotal en nuestras parroquias y colegios. Y está más que comprobado que el interés por la vocación depende, en gran medida, del testimonio de sacerdotes felices de su condición. Esta será siempre la mejor pastoral vocacional. Por eso valoro mucho vuestra presencia cuando estáis entre nosotros. ¡Cómo me gustaría que nuestros niños y jóvenes os conocieran! Pero cuando venís en el verano, ellos están de vacaciones. No obstante permitidme invitaros a escribir contando vuestras experiencias. Dirigid la carta a la Delegación diocesana de Pastoral vocacional, al obispado (Plaza de Regla, 7. 24003 LEON) o, mejor, vía Email al delegado D. Roberto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.).
Y ahora, la felicitación navideña: Que el Señor nazca de nuevo en vuestros corazones y os colme de la alegría que invadió a los pastores de Belén cuando visitaron a Jesús recién nacido en brazos de María: ¡Feliz pascua de Navidad! ¡Cristo ha nacido, venid a adorarlo! Os abraza, se encomienda a vosotros y os bendice: + Julián, obispo de León».