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Jueves, 26 noviembre 2015 13:19

Luis Pérez, misionero en Sierra Leona, hijo predilecto de la ciudad de Toledo

El Ayuntamiento de Toledo ha concedido los Premios Ciudad de Toledo, sus galardones anuales que se entregarán en el centro cultural San Marcos el 23 de enero de 2016, festividad de San Ildefonso, patrón de la ciudad.

La alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, entregará la Medalla de Oro de la Ciudad a la asociación Apanas, la Asociación Provincial de Padres con Niños y Adultos Minusválidos, que ofrece ayuda y apoyo a personas con discapacidad intelectual o capacidades diferentes y a sus familias para que tengan una vida digna y feliz. Se entregará la distinción de ciudadanos de honor a los jugadores de balonmano Gonzalo Pérez de Vargas, portero del FC Barcelona y de la selección española; y Ángel Montoro, lateral zurdo del Orlen Wisla Plock, de la liga de Polonia, y también de la selección española. Ambos son toledanos y se formaron en clubes de la ciudad antes de dar el salto como profesionales.

Nombrará hijos predilectos al toledano Luis Pérez, javeriano y misionero en Sierra Leona, que ha vivido muy de cerca la tragedia del Ébola en este país africano, y a Enrique Lorente, doctor en Historia, ex concejal del PSOE en Toledo durante ocho años (1999-2007) y ex director general de Cultura y Patrimonio de la Junta de Comunidades, quien falleció en agosto de 2014 tras no poder vencer a un cáncer.

Luis Pérez ha trabajado en Sierra Leona en la rehabilitación de niños soldado y sufrió un secuestro de 10 días por los rebeldes. Siempre cerca de los que sufren, el año pasado por estas fechas, era el día del DOMUND, escribía desde su misión de Sierra Leona: “«Renace la alegría» es el lema de este año. Un lema que, aparentemente, choca con la realidad que está viviendo el pueblo de Sierra Leona. ¿No hay que tener mucha «cara» para hablar de alegría cuando el ébola siembra el país de miles de afectados y muertos, cuando destruye familias, arrasa la economía, aísla el país, destruye mucho de lo construido después de la guerra civil de hace unos años...? ¿No hay que tener mucha «cara» para destinar la colecta del domingo, en esta situación, en vez de a ayudar a los afectados del ébola, a la labor misionera de la Iglesia...?

¡Pues no! los feligreses contribuyen con gusto y hasta con más generosidad, convencidos de que haber encontrado a Cristo es lo mejor que les ha pasado en sus vidas, alegres por poder colaborar a que otros lo encuentren, sabedores de que si el mundo viviera -con fe o sin ella- los VALORES de Jesús este mundo sería diferente y las calamidades, como el ébola que arrasa el país, se afrontarían con más solidaridad, justicia y celeridad...

«Renace la alegría», un lema sugestivo; «Con Cristo la alegría nace y renace», yo, «sin pretensiones» añadiría: PERMANECE, este pueblo y estas comunidades, a pesar de la realidad adversa y destructiva, y nosotros con ellas, no hemos perdido la alegría de ser lo que somos, de afrontar el sufrimiento haciéndonos cargo los unos de los otros. Sí, es verdad, es una alegría un poco «empañada», una alegría que esperamos que crezca y se «desempañe» con la colaboración de todos, aquí y allí, para hacer un mundo más fraterno, justo, solidario, más digno, más vivible... Aquí, como siempre, no sólo hay pobreza y sufrimiento, también hay vida y alegría”.