En los saludos, al final de la catequesis, el Santo Padre recordó que mañana es el décimo aniversario de la muerte de San Juan Pablo II. ``Le recordamos -dijo- como gran testigo de Cristo sufriente, muerto y resucitado y le pedimos que interceda por nosotros, por la familia, por la Iglesia, para que la luz de la resurrección alumbre todas las sombras de nuestra vida y nos llene de alegría y de paz``.