El Papa Francisco ha firmado el decreto de beatificación del sacerdote italiano Tullio Maruzzo y del catequista Obdulio Arroyo Navarro, asesinados en Guatemala el 1 de julio de 1981. El decreto fue ratificado el pasado 10 de octubre en la reunión con el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, cardenal Ángelo Amato, después de un proceso de casi 25 años.
La tarde del 1 de julio de 1981, en el camino de regreso de una reunión de los Cursillos de Cristiandad, en la localidad de Los Amates, el sacerdote y el catequista fueron víctimas de una emboscada y asesinados. Habían denunciado en innumerables ocasiones las injusticias que sufrían los campesinos.
Monseñor Domingo Buezo, obispo del Vicariato Apostólico de Izabal, donde fueron asesinados, explicaba que «la beatificación de los mártires fue una grata noticia que llegó desde el Vaticano y debe ser de júbilo para todos los católicos. En Izabal, se efectuó recientemente una Misa de Acción de Gracias y se espera que en los próximos días se organicen más eucaristías».
El obispo indicó que, aunque la fecha de la ceremonia para la proclamación no está establecida, ya se trabaja en la organización de actividades especiales, como la elaboración de un libro que relatará la vida de los mártires.
Manifestó también que el reconocimiento del martirio del sacerdote Tullio Maruzzo y del catequista Obdulio Arroyo, se debe a la búsqueda de justicia a favor de cientos de campesinos que eran despojados de sus tierras en aquella época.
«Es importante que las nuevas generaciones se acerquen a la Iglesia donde se encuentran los restos de los futuros beatos y conozcan la historia de estos mártires que sacrificaron su vida y nos dejaron un ejemplo a través de sus vidas santas», agregó.
Estuardo Franco, director del canal de la iglesia católica Stella Maris, en Izabal, indicó que trabajan en la producción de un documental, que narre la historia de los testigos de la fe de la Iglesia católica en tierra guatemalteca. «Es parte de una memoria que nunca se olvidará, pues las heridas siguen vivas. Su fe los llevó a defender a los desprotegidos y ponerse al servicio de Dios. Su santidad el Papa Francisco reconoce una causa justa para los nuevos beatos de la Iglesia».
En este sentido, Alba Luz Arroyo Navarro, hermana del mártir Obdulio Arroyo, comentó que su hermano siempre fue una persona entregada a las cosas de Dios y que incluso su muerte llegó haciendo el bien al prójimo. Indicó que la familia recibe la noticia con toda la humildad y voluntad de Dios, pues representa un premio al sacrificio de su hermano, quien desde pequeño se dedicó a servir en la parroquia de Quirigua. «Estamos felices porque la noticia será histórica para Guatemala, pues mi hermano se convertirá en el primer beato originario de estas tierras, las cuales lloran sangre y claman justicia para cientos de despojados de sus tierras, sin duda, hay alguien que desde el cielo ilumina su caminar», expresó.