La Fundación de la Santa Sede Ayuda a la Iglesia Necesitada ha recogido hoy el Premio ¡Bravo! en la categoría de Publicidad, que cada año otorga la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
El Premio ¡Bravo! reconoce la campaña de publicidad #MiGranitoXChina que se realizó entre septiembre y noviembre de 2015, en apoyo a la Iglesia en su labor pastoral en el gigante asiático, donde viven unos 12 millones de católicos de los que nadie habla.
El director de Ayuda a la Iglesia Necesitada, Javier Menéndez Ros, ha recogido este premio y ha asegurado que «está dedicado a la Iglesia perseguida en todo el mundo. La misión de esta Fundación ha sido, es y será siempre denunciar la situación de persecución y olvido que sufren más de 200 millones de cristianos».
Por su parte, la CEE ha explicado que este premio a AIN se debe por haber desarrollado una campaña, fundamentalmente a través de las redes sociales, «sencilla y eficaz, con notable rendimiento de imagen y presencia de los medios», que ha servido para «concienciar sobre la fuerte persecución que sufren los cristianos chinos; fomentar la oración por la Iglesia en China; y despertar la generosidad que facilite la ayuda material necesaria».
«Testimonio profundo de fe»
El Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicación Sociales, Monseñor Claudio María Celli, galardonado esta edición con el Premio Especial, ha tomado la palabra en nombre de todos los premiados y como estuvo de servicio 30 años en China ha tenido unas palabras muy emotivas sobre la Iglesia que peregrina en el gigante asiático.
«La Iglesia en China nos da testimonio profundo de fe. Recuerdo que había un obispo chino, consagrado de forma ilícita, y que pedía al Papa ser reconocido. Hubo un momento que el Papa quiso hacerlo y le envió la cruz pectoral y el anillo. Entonces, los obispos no podían mostrarlo en público, por lo que decidió llamar a todos sus curas y les mostró su cruz y se la colgó al cuello. Les mostró su cruz, y se la puso en el dedo. Me contaron que todos los curas lloraron porque en ese gesto habían comprobado que había una comunión plena entre su obispo y Pedro«, ha afirmado para concluir «esta es la Iglesia en China, una Iglesia preciosísima».
Javier Menéndez Ros ha señalado que este premio supone «un reconocimiento muy especial para miles de benefactores y voluntarios. Es también un estímulo para seguir en nuestro empeño profesional de armonizar gestión, caridad y comunicación con el objetivo de ayudar mejor a más personas».
Los premios ¡Bravo! quieren reconocer por parte de la Iglesia, la labor meritoria de todos aquellos profesionales de la comunicación en los diversos medios, que se han distinguido por el servicio a la dignidad del hombre, los derechos humanos y los valores evangélicos. En ediciones anteriores el galardón recayó en otras instituciones de la Iglesia como las Obras Misionales Pontificia (OMP), Manos Unidas, o Cáritas.