El obispo de Córdoba en España, monseñor Demetrio Fernández, envió su carta pastoral semanal en la que habla de la reciente exhortación apostólica postsinodal del Papa Francisco Amoris Laetitia, y señala al respecto que el documento «no rechaza a nadie, no excluye a nadie».
En el texto el prelado explica que «todos están llamados a vivir esta buena noticia, también las personas que todavía lo vivan parcialmente. Todo valor positivo debe ser reconocido y alentado, acompañado por la gracia en la esperanza de que dé fruto en su momento».
«Y el sacramento del matrimonio debe ser mejor preparado, durante un periodo más largo e intenso de catequesis para que los jóvenes descubran la belleza del plan de Dios y puedan disfrutarla», agrega.
Según explica el prelado, el Papa «nos presenta actualizada la doctrina católica sobre el amor humano vivido en la familia» y se trata de «un documento que rebosa frescura evangélica, que llega a detalles muy concretos, que entra a fondo en el hogar familiar donde se vive y se experimenta el amor humano transfigurado por la caridad, el amor de Dios que enciende el fuego en nuestros corazones y hace de cada hogar una Iglesia doméstica».
«El matrimonio es el sacramento que consagra el amor humano, cuyas raíces se encuentran en la misma naturaleza humana: un hombre y una mujer, iguales en dignidad, distintos para ser complementarios, abiertos a la vida, en comunión de vida y amor para siempre hasta que la muerte los separe», explica el obispo de Córdoba.
Según apunta el prelado, esta exhortación del Papa Francisco se refiere a las múltiples dificultades por las que atraviesa hoy la familia e invita a la Iglesia a acoger a cada persona en su situación concreta aunque esté alejada.
En ese sentido, «el Papa nos invita a recorrer junto a tales personas sus distintas situaciones para llevarlos a la plenitud de la alegría y de la felicidad que Dios tiene preparada» para cada uno.
Monseñor Fernández también anima a superar las dificultades tanto exteriores como interiores que afrontan las familias como pueden ser la falta de trabajo o la dificultad de asumir compromisos para toda la vida.
Por eso anima a leer la exhortación del Santo Padre con «piadoso obsequio de la mente y del corazón con deseo de llevarla a la práctica», «todos vivimos en familia, la Iglesia tiene que crecer cada vez más en este tono familiar a todos los niveles. La alegría del amor debe ser la tónica del encuentro para todos».