Este señala que en caso una Comunidad autónoma (como es Cataluña) atentara contra el interés general de España, el Gobierno puede adoptar las medidas necesarias para obligarla a cumplir con la Constitución.
Entre las medidas que se aplicaron con el artículo 155 fue la disolución del gobierno de la Comunidad autónoma y la convocatoria de elecciones para el gobierno de la región, que tendrán lugar el próximo 21 de diciembre.
En la entrevista a la Cadena Cope, el arzobispo de Barcelona aseguró que «venimos de una situación muy tensa» y por eso animó a los ciudadanos catalanes a que ejercieran su derecho al voto pensando en que «el resultado sea en el bien de todos».
Porque «todo lo que sea ayudar a avanzar en la convivencia, es lo mejor que podemos hacer», aseguró.
También hizo un llamamiento a «ser constructores de paz» y a partir de ahora «caminar juntos, porque todos somos hermanos y tenemos que construir este ámbito de paz y no de enfrentamiento y esto requiere de magnanimidad de parte de todos».
Pidió que en las elecciones se mire especialmente «a los más pobres» y que esa mirada «nos guíe en la paz, en la convivencia y en el respeto a todos».
Sobre los sacerdotes y religiosos que votaron en el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre, el cardenal explicó que la labor de los párrocos «deber ser universal y no entrar en política partidista». «No militar en una línea o en otra, y en eso tienen que ser muy cuidadosos los capellanes y los responsables de comunidades cristianas», señaló.
El cardenal Omella explicó que le pidieron mediar entre el gobierno autonómico catalán y el gobierno central de España antes del intento de proclamar su independencia de España.
Según explicó «era importante poder ayudar a resolver el conflicto en una línea de respeto, aceptación, convivencia y fraternidad. En la medida que yo estaba capacitado, me presté por el bien de la sociedad».