El pasado lunes 9 de octubre tuvo lugar la clausura del proceso diocesano del siervo de Dios Emilio Rubio Fernández y 51 compañeros mártires franciscanos.
La Causa, que se presentará a la Congregación romana de las Causas de los Santos, se divide en siete procesos (uno por diócesis –Ávila, Albacete, Cuenca, Ciudad Real, Sigüenza- Guadalajara y Toledo, y este de 52 franciscanos). Dios mediante, en fechas próximas llegará el turno de los cien mártires que presenta la diócesis de Ciudad Real. Luego lo harán el resto de las diócesis hasta completar el número de 464 mártires.
La clausura se celebró en el salón de Concilios del Arzobispado de Toledo. Presidió el arzobispo, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, que felicitó a los padres franciscanos y a la archidiócesis de Toledo por tener este «riquísimo patrimonio de santidad».
Junto al arzobispo de Toledo, participaba también en el acto monseñor Ángel Fernández Collado, el obispo auxiliar. En el estrado estaban los que conforman el tribunal de esta Causa: José Antonio Lancha, juez delegado; Francisco Javier Salazar, promotor de Justicia; y como notario actuario, Rubén Zamora. Junto a ellos el postulador de la Causa, Jorge López y el vicepostulador de este grupo de 52 mártires franciscanos, padre Marcos Rincón, OFM. Así como el presidente de la Comisión Histórica de la Causa, Francisco del Campo, de la diócesis de Ciudad Real.
Entre el numeroso público que llenó el salón de Concilios se encontraban, en primer lugar, los padres franciscanos: padre José María Sainz, vicario provincial de la Provincia de la Inmaculada; padre Joaquín Zurera, delegado para las Causas de los Santos de la misma Provincia y el padre José Martín, guardián de la Comunidad Franciscana de San Juan de los Reyes de Toledo. Los vicepostuladores de Sigüenza-Guadalajara, Raúl Corral; de Albacete, José Valtueña; el vicario judicial de Ciudad Real, Bernardo Torres.
Además, el párroco de Pastrana (Guadalajara) con algunos feligreses; el párroco de Villanueva de Alcardete, seminaristas y feligreses; otros familiares de mártires procedentes de Consuegra, La Puebla de Montalbán, Los Yébenes y Almagro (Ciudad Real). El arzobispo Braulio Rodríguez, tras entonar el canto solemne del Veni Creator con el que empieza la clausura diocesana de un proceso de canonización, destacó «el rigor jurídico de la fase diocesana» y «lo que reporta a la Iglesia y a la sociedad del siglo XXI la vida de nuestros mártires con su entrega ejemplarizante».
Un acto sobrio y solemne
La sobriedad y solemnidad del acto quedan enmarcadas en la lectura de las actas, las firmas pertinentes, el lacrado por parte del Notario de las últimas cajas que contienen el trasunto y la copia pública de todo el proceso, para ser remitidas a la Congregación de las Causas de los Santos en Roma, a través del portador. Una tercera copia del proceso, el arquetipo original, queda en los archivos de la Archidiócesis de Toledo. El canto de la Salve puso punto y final a la clausura diocesana de este grupo de mártires franciscanos en el que se llevaba trabajando, en diferentes fases, desde el año 2003.
(Padre Nuestro – Archidiócesis de Toledo)