El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, presidió este sábado en la Catedral compostelana la solemne Eucaristía de la Traslación del Apóstol, en la que el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices, ejerció de Delegado Regio. En su homilía, el arzobispo de Compostela indicó que «en el momento que vivimos, nos debe preocupar que no pocas personas no encuentren sentido a su vida al desconocer a Cristo» y aseguró que «en nuestra sociedad necesitamos personas sensibles a la necesidad de los demás, que se dejen conmover y traten de remediarla en la medida de sus posibilidades, poniendo el corazón en lo que hacen. Las personas con discapacidad, las víctimas de la violencia, los migrantes y refugiados, los marginados esperan una respuesta sin dilación». Monseñor Barrio añadió además que «en medio del desacorde conjunto de monólogos que caracteriza nuestra situación se necesita un discernimiento humilde a través de un diálogo sincero para superar la actual crisis de civilización».
Al finalizar su homilía, monseñor Barrio indicó que ponía «sobre el Altar, con el Patrocinio del Apóstol, vuestra ofrenda, Excmo. Sr. Delegado Rexio, teniendo en cuenta las intenciones de Sus Majestades y da Familia Real, de nuestros gobernantes estatales, autonómicos y locales, de las personas y familias necesitadas espiritualmente y materialmente, y de todos los que formamos los distintos pueblos de España, de manera especial de los queridos hijos de esta tierra gallega».
El arzobispo indicó, igualmente, que «la evangelización y el servicio cristiano a la sociedad serán obra de cristianos convertidos y convencidos, maduros en su fe, una fe que permita una positiva confrontación crítica con la cultura actual, resistiendo a las seducciones; que los impulse a influir eficazmente en los ámbitos culturales, económicos, sociales y políticos, y les impulse a construir una cultura cristiana capaz de evangelizar la cultura».