El obispo de la diócesis de Coria-Cáceres, monseñor Francisco Cerro Chaves, escribe a los niños de su diócesis al acercarse la época de las Primeras Comuniones, invitándoles a construir un «puente de la misericordia» con los niños huérfanos de Malawi. Allí ejerce su labor misionera, cuidando a estos niños enfermos de Sida, la hermana Perfilia Sánchez, de las Misioneras de María Mediadora, y ayudándoles, como dice el obispo, a «vivir una vida feliz».
«Estamos celebrando el Año de la Misericordia. Los amigos de Jesús queremos tener un corazón como el suyo, lleno de ternura y amor hacia los desamparados.
Hace unos días, alguien me contó una anécdota que me encantó. Se trata de un niño llamado Guillermo. Tiene 8 años y, según su familia, es un niño sencillo, alegre y muy generoso.
Sus padres habían invitado a comer a un misionero que está en África. Durante la comida, el misionero les contaba la vida de los niños africanos: sólo comen una vez al día, no tienen juguetes, padecen muchas enfermedades...
Guillermo no lo dudó, se fue al armario de su habitación y comenzó a sacar juguetes para entregárselos al misionero.
Hoy, los niños de la misión del padre Verdejo, juegan con los juguetes de Guillermo.
¡Qué maravilloso es colaborar con los misioneros, para dar de comer al hambriento, de beber al sediento, curar a los enfermos y llevar alegría a los que están tristes...!
Vosotros vais a tener la suerte de disfrutar de la misericordia de Dios el día de vuestra Primera Comunión. Jesús mismo viene para llenar vuestra vida con su presencia. Será un encuentro precioso, lleno de amor y alegría.
Jesús se dedicó a llevar la felicidad a todos. Por eso también quiere contar con vuestra colaboración en ese día tan importante.
En un país africano llamado Malawi hay muchos niños huérfanos, a causa de una terrible enfermedad, el SIDA. Allí se encuentra una misionera de nuestra diócesis, cuidando de ellos y ayudándoles a vivir una vida feliz. Se llama hermana Perfilia y es de Aceitunilla.
Os invito a construir el “puente de la misericordia” con aquellos niños, porque son también nuestros hermanos.
Os felicito por recibir a Jesús. Rezad todos los días por los niños que mueren de hambre, por los que sufren las guerras y otras tremendas desgracias. Y decidle a Jesús con alegría: ¡Cuenta conmigo para construir un mundo de paz y amor!».