La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), expresó su preocupación por el fallo de la Corte Constitucional que abre las puertas a la eutanasia de menores y advirtió que este acto de poner fin deliberadamente a la vida de un ser humano «es una grave violación a la dignidad de la persona».
Si bien el fallo tiene fecha 25 de agosto de 2017, recién ha sido dado a conocer por la prensa local. El Tribunal dio al Ministerio de Salud cuatro meses para dar un reglamento que permita a las Empresas Promotoras de Salud (EPS) aplicar la «muerte digna» a los menores de edad y «no sean víctimas de un trato cruel e inhumano derivado de la negación de su derecho a morir dignamente».
«Los Obispos católicos de Colombia recibimos con profunda preocupación las recientes decisiones de la Corte Constitucional en torno a la eutanasia, particularmente cuanto se refiere a su aplicación para menores de edad», expresó el Episcopado en su comunicado del 26 de octubre.
Los obispos señalaron que «la eutanasia, que es el acto de poner fin deliberadamente a la vida de un ser humano, es una grave violación a la dignidad de la persona».
«Lleva a los ancianos, a los enfermos y a los que tienen algún tipo de limitación a pensar que su existencia es menos digna y valiosa, y, por lo tanto, a cerrar las puertas de su esperanza», señalaron.
«el propósito de la reglamentación ordenada por la Corte va en contra del principio constitucional de defensa de la vida (artículo 11) y abre las puertas para que la sociedad llegue a legitimar la supresión de algunas personas y la negación de los más débiles y necesitados».
Los obispos recordaron que en su reciente visita a Colombia, el Papa Francisco «nos habló de la vida y de la defensa de la misma; pero también nos invitó a estar atentos frente a las densas tinieblas que la amenazan y la destruyen, entre ellas el ‘irrespeto por la vida humana que siega a diario la existencia de tantos inocentes’».
Por ello, pidieron «a los legisladores y a los profesionales de la salud que tomen en consideración las implicaciones morales, éticas y sociales que este tipo de determinaciones conlleva».
«Les recordamos el llamamiento que hizo el Papa Francisco para que asuman ‘decisiones valientes y contra corriente’ en defensa de la vida, especialmente de la de los más pobres y débiles. Solo tendremos una sociedad en paz y con bienestar si se sigue promoviendo una cultura de la vida», señalaron.
En ese sentido, los prelados llamaron a los colombianos a «profundizar en la vida como el don más grande y maravilloso de Dios, así como la base de los derechos fundamentales de todas las personas. Fomentemos acciones que mitiguen la cultura facilista, del descarte y hedonista, que lleva a considerar que sea una solución provocar la muerte de un hermano».
También los obispos exhortaron a «dirigir más esfuerzos a la prestación digna, eficaz y humanizante de los servicios de salud. Estos deben estar disponibles de forma equitativa para todos los ciudadanos».
Finalmente invitaron a «multiplicar las acciones para que acompañen y alivien los sufrimientos de los enfermos: ‘el clima de solidaridad fraterna disipa y vence el clima de soledad y la tentación de desesperación’».