El papa Francisco se reunió este sábado por la mañana con Mauricio Macri, el actual presidente de Argentina. El mandatario asumió el cargo el pasado 10 de diciembre pero ambos se conocen desde hace tiempo, ya que Macri fue gobernador de Buenos Aires cuando Jorge Mario Bergoglio era arzobispo metropolitano.
Macri le regaló un poncho al Papa
El jefe de Estado argentino llegó al Vaticano a las 9:30 horas acompañado por su mujer y primera dama, Juliana Awada. Al presidente y su esposa, se unieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la canciller Susana Malcorra, el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo; el secretario de Culto, Santiago de Estrada; y el portavoz presidencial Iván Pavlovsky. También formaron parte de la comitiva los gobernadores de Tierra del Fuego, Rosana Bertone; de Salta, Juan Manuel Urtubey; y de Mendoza, Alfredo Cornejo.
La audiencia privada con Macri duró 22 minutos. El Pontífice le regaló un medallón con un olivo, un ejemplar de la encíclica Laudato Si’ y otro de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. A su vez, el presidente le entregó un poncho, una Cruz de Matará y una colección de 12 discos con música argentina.
Tras la reunión en la Biblioteca del Palacio Apostólico, el Santo Padre se hizo una foto con toda la comitiva. Además, la delegación argentina se reunió con el cardenal secretario de Estado, monseñor Pietro Parolin.
Poco después, el jefe de Estado se trasladó hasta la embajada argentina ante la Santa Sede, donde brindó una conferencia de prensa. En declaraciones a los medios, Macri resaltó las vueltas que da la vida: un arzobispo de Buenos Aires y un alcalde de dicha capital que allí se habían reunido varias veces, ahora tuvieron un encuentro en el Vaticano, esta vez, el primero al frente de la Iglesia Católica y el segundo representando a su país.
Señaló que el encuentro era como «el de dos viejos conocidos porteños» que «se encuentran en una etapa distinta de su vida» porque «hacíamos esto mismo allí enfrente a la Plaza de Mayo, en la oficina en donde me recibía y donde revisábamos la agenda que teníamos», porque «las coincidencias y los temas de fondo son los mismos, cada uno con las herramientas que tiene».
Además, el actual presidente de Argentina explicó que los principales temas tratados durante el cordial encuentro fueron: la necesidad de recuperar la cultura del trabajo; combatir el consumo de drogas y el narcotráfico; e incrementar el nivel educativo del país, que en los últimos años se ha deteriorado mucho. Hay que «recuperar la cultura del trabajo, la cultura del esfuerzo, que siempre hemos entendido con el Papa como un elemento dinamizador de la sociedad», dijo.
Macri señaló que le indicó al Santo Padre el empeño «para que se puedan restablecer relaciones con el mundo, para que el país sea creíble, y que pueda llegar inversión, la cual crea trabajo, porque el trabajo es la solución». Y que el Pontífice le habló de la «necesidad de recuperar la cultura del trabajo, porque el trabajo da dignidad a la persona» y «me reiteró que está muy preocupado por eso». También de «mejorar la educación pública y el deporte para los jóvenes».
Por su parte, el Santo Padre le aconsejó «tener mucha paciencia», entretanto «sin dejar de enfrentar los problemas graves de fondo que tiene Argentina, en particular el narcotráfico y la corrupción». Y que también es necesario cicatrizar las heridas del pasado, y los enojos que se fueron acumulando a lo largo de los años.
El nuevo presidente precisó que es necesario crear trabajo. «No hay futuro para Argentina si el Estado sigue siendo un botín de guerra de los políticos», dijo, y añadió que por ello es necesario restablecer «los concursos públicos y la transparencia» para «que toda la sociedad pueda progresar y no solamente los amigos de un diputado de turno o de un político de turno».
El presidente argentino interrogado por los periodistas sobre la situación económica del país, señaló que «las cuentas no están bien» y se encontró con «un déficit fiscal de los más altos de nuestra historia” pero “estamos trabajando para ponerlas en orden», porque la inflación «crea un mecanismo perverso» que «afecta especialmente a los más pobres».
Porque, dijo, se trata de «hacer crecer al país y lograr que la gente se integre en ese crecimiento», sin por ello «olvidar la solidaridad» hacia quien no puede en este proceso. Reconoció entretanto que «el flujo de capitales que Argentina necesita tiene que tomar en cuenta a las personas y no descartarlas». Esto «lo habíamos hablado también la vez pasada cuando estuve aquí», dijo.
En un comunicado, el Vaticano informó que «durante el transcurso de los cordiales coloquios, que manifiestan el buen estado de las relaciones bilaterales entre la Santa Sede y la Republica Argentina, han sido abordados temas de mutuo interés, tales como la ayuda al desarrollo integral, el respeto a los derechos humanos, la lucha a la pobreza y al narcotráfico, la justicia, la paz y la reconciliación social».
«En tal contexto, ha sido subrayada la positiva contribución, sobre todo en el ámbito de la promoción humana y de la formación a las nuevas generaciones, ofrecida por el Episcopado y por las instituciones católicas en la sociedad argentina, de manera particular en la coyuntura económica actual», añadió.
También «se hizo referencia a algunos temas de mayor relevancia e interés en el ámbito regional y mundial», señaló la Oficina de Prensa de la Santa Sede en su nota.
Si bien este es el primer encuentro desde el cambio de Gobierno en Argentina, no es la primera vez que Mauricio Macri y el Pontífice se ven en el Vaticano. La última vez fue en septiembre de 2013 y su último contacto telefónico fue el 17 de diciembre pasado, cuando el mandatario llamó al Santo Padre para felicitarle por su cumpleaños.