Tras celebrar su última Misa en suelo chileno y después de almorzar en la Casa de retiros Nuestra Señora de Lourdes de los Padre Oblatos, el Papa Francisco se despidió del país en Iquique, donde tomó el vuelo rumbo a Perú.
El Santo Padre llegó en automóvil cerrado alrededor de las 4:00 p.m. al Aeropuerto Internacional Diego Aracena, en Iquique, donde fue recibido por la Presidente de Chile, Michelle Bachelet, con quien dialogó brevemente.
Luego, recibió el homenaje de un grupo de bailes religiosos de La Tirana que danzaron una diablada norteña, y de la Fuerza Aérea de Chile.
En el lugar también se despidió de su amigo, el sacerdote jesuita Jorge Delpiano, de 75 años de edad, y de un grupo de representantes de voluntarios papales.
Asimismo lo despidieron autoridades de la Iglesia Católica en Chile y del gobierno, así como los miembros de la comisión organizadora de la visita apostólica.
Al concluir la Misa que presidió en Iquique, el Papa se despidió de los fieles chilenos y agradeció a todos su esfuerzo.
También dio gracias «a mis hermanos argentinos que me acompañaron en Santiago, en Temuco y acá en Iquique. Muchas gracias», manifestó.
«Ahora sigo mi peregrinación hacia Perú. Pueblo amigo y hermano de esta Patria Grande que estamos invitados a cuidar y a defender. Una Patria que encuentra su belleza en el rostro pluriforme de sus pueblos», resaltó.
Tras la partida del vuelo papal, la Presidenta Bachelet agradeció la visita del Pontífice que alienta a seguir «avanzando como país en clima de fraternidad».